En el ámbito de la rehabilitación de edificios, y, concretamente, en relación directa con la impermeabilización de cubiertas, hay elementos que, aunque pequeños, cumplen un papel crucial para evitar problemas graves como humedades y filtraciones. Uno de ellos es la cazoleta. En Proservi, te explicamos qué es, por qué se deteriora y cómo actuar para evitar problemas mayores en tu edificio.
Qué es una cazoleta y para qué sirve
Como definición técnica, la cazoleta es una pieza metálica o plástica, instalada en cubiertas planas o terrazas, que conecta el sumidero con los sistemas de evacuación de aguas pluviales, como los bajantes. Su función principal es recoger el agua y conducirla correctamente hacia el desagüe, evitando acumulaciones y filtraciones.
Suelen fabricarse, como materiales comunes, con: PVC (policloruro de vinilo), polietileno, hierro galvanizado y acero inoxidable; y, como ubicación habitual, se sitúan generalmente en puntos bajos de terrazas, patios interiores o azoteas planas, donde el agua tiende a acumularse.
Tipos de cazoleta
Según la función que cumplan, pueden ser:
- Cazoletas sifónicas: impiden que suban olores desde el bajante.
- Cazoletas sin sifón: más sencillas, solo recogen el agua.
- Cazoletas con rebosadero: incluyen un sistema para prevenir desbordamientos.
- Cazoletas para cubierta invertida: diseñadas para sistemas con aislamiento superior.
Problemas cuando una cazoleta está en mal estado
Los inconvenientes que pueden surgir si una cazoleta se deteriora suelen ser:
- Filtraciones de agua: Si la cazoleta se agrieta, se desplaza o pierde su estanqueidad, el agua se infiltra hacia el forjado o los techos de las viviendas inferiores, generando humedades y daños estructurales.
- Atascos por falta de mantenimiento: Las hojas, polvo, plumas y otros residuos tapan la cazoleta impidiendo el drenaje, lo que deriva en encharcamientos y filtraciones.
- Mala instalación: Una cazoleta mal nivelada, mal conectada al bajante o mal sellada puede generar problemas desde el primer día.
- Dilataciones y roturas: Los cambios de temperatura afectan al sellado y a los materiales. Las cazoletas metálicas pueden oxidarse, y las de PVC se deforman.
- Defectos de fábrica o materiales de baja calidad: Las cazoletas baratas pueden durar poco. El uso de materiales no certificados conlleva mayor riesgo de deterioro.
Cómo saber si la cazoleta está fallando
Los síntomas de una cazoleta deteriorada suelen identificarse mediante:
- Señales visuales: Encharcamientos persistentes en la cubierta, manchas de humedad en el techo o paredes de los pisos superiores y goteo constante después de lluvias.
- Ruido en los bajantes: Si escuchas burbujeo o succión anómala, puede que haya un fallo en la cazoleta.
- Revisión periódica: Se recomienda una inspección visual cada 6 – 12 meses y siempre antes y después del invierno.
Consecuencias de no reparar una cazoleta defectuosa
Si no se presta atención a la revisión de estos elementos, pueden generarse:
- Daños estructurales: El agua filtrada debilita forjados, vigas y elementos portantes, acelerando el deterioro del edificio.
- Aparición de moho y hongos: La humedad crea el hábitat perfecto para la aparición de moho, que además de afectar a la estética y salud, agrava la degradación de materiales.
- Costes elevados: Un pequeño problema sin resolver puede multiplicarse y requerir una rehabilitación completa de la cubierta.
- Conflictos entre vecinos: En comunidades de propietarios, los daños por humedades generan disputas sobre quién debe asumir la reparación.
Cómo solventar los problemas de una cazoleta defectuosa
En función de los signos apreciados, deben tomarse las siguientes medidas:
- Diagnóstico profesional: Siempre debe realizarse una inspección por parte de un profesional especializado en impermeabilizaciones y cubiertas.
- Reparación puntual: Si el daño es leve, puede bastar con limpiar y desatascar la cazoleta, rehacer el sellado con masilla poliuretánica o epóxica, o sustituir una junta deteriorada.
- Sustitución de la cazoleta: Si está rota o mal instalada, lo ideal es retirar el pavimento y la capa de impermeabilización, sustituir por una cazoleta nueva compatible, rehacer la impermeabilización perimetral y verificar la conexión al bajante.
- Rehacer toda la evacuación si hay fallos sistémicos: En cubiertas antiguas o mal diseñadas, puede ser necesario rehacer toda la red de evacuación.
Soluciones según el tipo de cubierta
En función de la tipología, se puede optar por diferentes opciones:
- Cubierta plana tradicional: Uso de tela asfáltica o láminas de PVC con refuerzo en la zona de la cazoleta, o impermeabilización tipo «cuenco» que recoja el agua sin cortes.
- Cubierta invertida: Aislamiento térmico sobre la impermeabilización, o uso de cazoletas especiales para estas cubiertas con fijación mecánica.
- Terrazas transitables: Protección extra sobre la impermeabilización, o uso de pavimentos registrables para facilitar el acceso.
Mantenimiento preventivo de cazoletas
Os indicamos cómo conservar en su debido estado este tipo de elementos:
- Limpieza periódica: Retirada de hojas, tierra y residuos dos veces al año o después de tormentas.
- Inspección tras heladas: Comprobar que no hay fisuras provocadas por el hielo.
- Verificación del sellado: Renovar el sellado cada 3-5 años según condiciones climáticas.
- Plan de mantenimiento en comunidades: Incluir en el plan anual de mantenimiento de la comunidad revisiones específicas de cubiertas y cazoletas.
Casos reales y ejemplos comunes
A continuación, os exponemos algunos inconvenientes a los que nos hemos enfrentado:
- Comunidad con goteras persistentes: Se detectó una cazoleta desplazada por dilatación térmica. Solución: sustitución, nueva impermeabilización y revisión de todo el sistema de evacuación.
- Terraza de ático con filtraciones en el salón: Cazoleta colapsada por acumulación de hojas. Solución: limpieza, sustitución por cazoleta con rejilla de protección y revisión trimestral.
- Cubierta industrial con problemas repetitivos: Se utilizaron cazoletas de baja calidad. Solución: cambio por piezas homologadas, nueva instalación con control de pendientes y mantenimiento semestral.
Conclusiones
Una cazoleta en buen estado evita grandes problemas. Aunque pequeño, este elemento puede ser la diferencia entre una cubierta estanca o un desastre por filtraciones. Su revisión, mantenimiento y sustitución a tiempo pueden evitar daños estructurales, conflictos vecinales y gastos innecesarios. En trabajos de impermeabilización, reparación y pintura de fachadas, rehabilitación de bloques y viviendas y reformas integrales de locales y naves siempre es mejor contar con un equipo profesional que revise todo el sistema de evacuación de aguas. Somos especialistas en solucionar problemas de filtraciones, goteras y humedades y contamos con un servicio 360 para administradores de fincas y comunidades de propietarios. Contar con nuestro asesoramiento, es toda una garantía. No te lo pienses y, ante un problema de cazoletas, ¡confía en Proservi!