Las fachadas son la carta de presentación de cualquier edificio. No solo cumplen una función estética, sino que también protegen el interior de agentes externos como el agua, el viento, la contaminación o los cambios de temperatura. Con el paso del tiempo, es normal que aparezcan patologías o daños que afecten su estado, tanto visual como estructural.
En Proservi, hemos recopilado los problemas más comunes que pueden aparecer en la fachada de un edificio y, lo más importante, qué soluciones existen para ponerles remedio de forma eficaz y duradera. ¡Te lo contamos!
Grietas y fisuras
Pequeñas señales, grandes problemas. Las grietas y fisuras son uno de los inconvenientes más frecuentes. Aunque a simple vista puedan parecer similares, hay diferencias importantes. A continuación, te detallamos qué son y por qué aparecen.
- Fisuras: Son pequeñas aberturas superficiales, generalmente menores de 1 mm de ancho. Suelen deberse a movimientos térmicos, dilataciones o contracciones del material.
- Grietas: Son más profundas y anchas. Pueden indicar movimientos estructurales, asentamientos del terreno o deterioro avanzado del soporte.
Como posibles causas encontramos:
- Dilataciones y contracciones por cambios de temperatura.
- Asentamientos diferenciales del terreno.
- Defectos en la ejecución de juntas de dilatación.
- Mala calidad de los materiales.
- Humedades persistentes.
Como soluciones recomendamos:
- Para fisuras superficiales: sellado con masillas elásticas, pintura flexible o revestimientos impermeables.
- Para grietas estructurales: se requiere un estudio técnico. Pueden necesitarse refuerzos estructurales, reparación del soporte o instalación de juntas de dilatación bien ejecutadas.
En ambos casos, es fundamental sanear la zona, eliminar restos sueltos y aplicar productos específicos que garanticen una buena adherencia y durabilidad.
Humedades
El enemigo silencioso que afectan a las fachadas. Hay varios tipos:
- Por filtración: se produce cuando el agua de lluvia penetra a través de fisuras, materiales porosos o puntos mal sellados.
- Por capilaridad: la humedad asciende desde el suelo a través de los muros, especialmente en plantas bajas.
- Por condensación: menos habitual en fachadas, pero puede aparecer en zonas mal ventiladas o mal aisladas térmicamente.
Las causas más comunes son:
- Mala impermeabilización de paramentos verticales.
- Juntas deterioradas o sin mantenimiento.
- Materiales envejecidos o poco resistentes al agua.
- Fallos en la evacuación de agua de cubiertas o balcones.
Como soluciones eficaces proponemos:
- Revisión e impermeabilización de la fachada con pinturas acrílicas, elastoméricas o revestimientos hidrófugos.
- Sellado de juntas y encuentros con siliconas específicas o productos de poliuretano.
- Tratamientos anticapilaridad en zócalos mediante inyecciones o barreras químicas.
- Sustitución de elementos deteriorados como vierteaguas, remates o albardillas mal instaladas.
Desprendimientos de revestimiento
Cuando la fachada se cae a pedazos. Los revestimientos exteriores, ya sean monocapas, enfoscados, morteros o pinturas, sufren una continua agresión del clima. Cuando no hay una buena adherencia o la base está deteriorada, el revestimiento se despega, se agrieta o directamente se cae, provocando los desprendimientos.
Las causas generalizadas son:
- Mala ejecución o preparación del soporte.
- Uso de materiales incompatibles entre base y revestimiento.
- Humedades persistentes bajo la superficie.
- Vibraciones o movimientos estructurales.
Soluciones técnicas que se suelen aplicar:
- Saneado completo de la zona afectada, eliminando materiales sueltos o con poca adherencia.
- Aplicación de imprimaciones fijadoras, para garantizar la adherencia del nuevo revestimiento.
- Revestimiento con morteros técnicos, monocapas o pinturas de alta adherencia y elasticidad.
- En algunos casos, se puede optar por sistemas de aislamiento térmico por el exterior (SATE) para mejorar tanto la estética como la eficiencia energética del edificio.
Desconchados y degradación de la pintura
Que la pintura se pele o se caiga de la fachada suele ser un problema bastante visible y molesto, al afectar a la apariencia y estética del inmueble.
Las causas son muy evidentes:
- Aplicación sobre superficies húmedas o sucias.
- Pinturas de baja calidad o incompatibles con el soporte.
- Ausencia de imprimación previa.
- Exposición intensa al sol o a la lluvia.
Te indicamos cómo se soluciona:
- Limpieza y saneado de la fachada: eliminación de polvo, hongos, moho y pintura en mal estado.
- Reparación de fisuras o imperfecciones.
- Aplicación de imprimaciones fijadoras.
- Pintura con productos adecuados al tipo de fachada: pinturas acrílicas, siloxánicas o elastoméricas, que se deben emplear
- Ejecución de trabajos siempre en condiciones adecuadas de temperatura y humedad.
Problemas con las juntas
Pequeñas fallas, grandes filtraciones. Las juntas de dilatación, de unión o de movimiento tienen una función específica, permiten que los materiales se expandan o contraigan sin agrietarse. Si no se encuentran en óptimas condiciones, permiten el paso del agua y generan filtraciones, grietas y desprendimientos.
Las causas acostumbran a ser las mismas:
- Mal sellado.
- Desaparición por el paso del tiempo.
Las soluciones más eficientes pasan por:
- Inspección periódica del estado de las juntas.
- Eliminación del sellado deteriorado y sustitución por materiales elásticos (silicona, poliuretano, MS polímeros).
- En rehabilitaciones completas, instalación correcta de juntas nuevas según normativas técnicas.
Suciedad, moho y ennegrecimiento
El problema estético más visible que solemos encontrar.
Sus causas se deben a:
- Contaminación ambiental (hollín, tráfico).
- Zonas de sombra y humedad constante (norte o patios).
- Mal drenaje de cubiertas o bajantes.
- Materiales porosos o con falta de protección.
Como soluciones efectivas se dan:
- Limpieza con agua a presión o productos específicos según el tipo de material.
- Aplicación de fungicidas y bactericidas.
- Revestimientos autolimpiables o hidrófugos para prevenir que la suciedad se adhiera.
- Mejora de la evacuación de aguas pluviales para evitar escurrimientos por la fachada.
Oxidación de elementos metálicos
Sucede en rejas, barandillas, anclajes metálicos o refuerzos internos que afloran al exterior. Se expande con el tiempo, fractura el recubrimiento y pone en riesgo la estructura del elemento afectado.
La causa principal es:
- Exposición continuada a factores climatológicos y medioambientales.
Las soluciones idóneas son:
- Eliminación del óxido con cepillo o chorro de arena.
- Aplicación de convertidores de óxido o imprimaciones antioxidantes.
- Pintura de protección específica para exteriores.
- En casos graves, sustitución del elemento metálico.
Fallos en albardillas, vierteaguas y remates
Estos elementos evitan que el agua se quede en los bordes superiores de la fachada, balcones o muros. Si no están bien colocados o se deterioran, el agua puede penetrar y generar problemas estructurales.
Los problemas frecuentes son:
- Albardillas sin goterón o con inclinación contraria.
- Remates agrietados o mal sellados.
- Piezas rotas o sueltas por golpes o heladas.
Las soluciones más usuales son:
- Revisión del diseño e inclinación de las piezas.
- Reposición de albardillas y vierteaguas deteriorados.
- Sellado de juntas con productos resistentes a exteriores.
- En cubiertas, se recomienda una impermeabilización completa de petos y encuentros.
Fachadas ventiladas: patologías específicas
La fachada ventilada es un sistema de cerramiento que incorpora una cámara de aire entre el revestimiento exterior y el muro soporte. Mejora el aislamiento térmico y la transpiración.
Los inconvenientes que pueden surgir se deben a:
- Mal anclaje de las piezas.
- Desplome por exceso de peso o fallos estructurales.
- Condensaciones internas si no hay buena ventilación.
- Oxidación o rotura de fijaciones metálicas.
Las soluciones ideales consisten en:
- Revisión periódica de anclajes y estructura portante.
- Sustitución de piezas rotas o mal colocadas.
- Mejora de la ventilación interna del sistema.
Cuándo es conveniente una rehabilitación integral de la fachada
A veces, no basta con hacer pequeñas reparaciones. Cuando los daños son extensos o se combinan varios de los problemas descritos, conviene actuar con una rehabilitación integral.
Las ventajas de rehabilitar toda la fachada son las siguientes:
- Solución completa y duradera.
- Mejora estética y del valor visual del edificio.
- Mejora del aislamiento térmico y acústico.
- Aumento de la eficiencia energética.
- Posibilidad de acceder a ayudas y subvenciones públicas para obras de mejora.
Conclusiónes
La fachada de un edificio no es solo su cara visible, también es la barrera que lo protege de las inclemencias del tiempo y necesita un mantenimiento. Detectar a tiempo los problemas, contar con profesionales especializados y aplicar las soluciones adecuadas puede ahorrarnos muchos disgustos y gastos mayores en el futuro.
Si tu fachada presenta alguno de estos síntomas, lo más recomendable es realizar una inspección técnica profesional y definir un plan de actuación personalizado. La rehabilitación no solo mejora la estética del edificio, también alarga su vida útil y la calidad de vida de quienes lo habitan.
En Proservi, contamos con los mejores rehabilitadores y pintores de fachadas de Jerez. Somos especialistas en reparar y pintar edificios y, además, expertos en impermeabilizar cubiertas planas y en reformar inmuebles industriales. También ofrecemos un servicio exclusivo para administradores y comunidades. Sea cual sea la necesidad o problema de tu fachada, podemos ayudarte. ¡Te esperamos!